Reloj del Titanic subastado por 2 millones de euros: marcaba las 2:20 a.m., la hora exacta del hundimiento

Reloj del Titanic subastado por 2 millones de euros: marcaba las 2:20 a.m., la hora exacta del hundimiento.

En una subasta celebrada recientemente en Inglaterra, un reloj de bolsillo de oro de 18 quilates, perteneciente al pasajero de primera clase Isidor Straus, se vendió por la cifra récord de 1,78 millones de libras, equivalentes a casi 2 millones de euros.

La pieza, fabricada por la marca Jules Jürgensen, fue recuperada del cuerpo de Straus tras el hundimiento del RMS Titanic el 15 de abril de 1912. Lo más impactante es que sus manecillas quedaron detenidas en las 2:20 a.m., justo en el momento exacto en que el transatlántico desapareció bajo las aguas del Atlántico Norte.

Este reloj, además de su valor material, encarna una profunda carga emocional e histórica. Straus, empresario y copropietario de los grandes almacenes Macy’s, perdió la vida en la tragedia junto a su esposa Ida.

Según relatos de la época, se rehusaron a separarse durante el desastre y fueron vistos sentados juntos en la cubierta, enfrentando su destino con dignidad.

La casa de subastas Henry Aldridge & Son, con sede en Devizes (Reino Unido), fue la encargada de llevar a cabo la puja por esta reliquia. El precio alcanzado representa un nuevo récord para objetos relacionados con el Titanic, reflejando el interés constante por preservar los vestigios de uno de los episodios más dramáticos de la historia marítima.

Andrew Aldridge, responsable de la subasta, comentó que la venta “ilustra el interés permanente en la historia del Titanic” y subraya cómo la saga de los Straus, especialmente el vínculo con su esposa, sigue resonando casi más de un siglo después.

Más allá de su valor económico, este reloj sirve como testimonio tangible del paso del tiempo y del momento en que la gran nave se hundió para siempre. Como una cápsula del pasado, conserva el instante exacto del desastre, congelado para la eternidad, invitando a la reflexión sobre la fugacidad de la vida y la fuerza de las historias humanas que permanecen vivas a través de los objetos.

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