La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó el ambicioso “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia” con el objetivo de enfrentar la crisis de violencia que azota al estado.
El anuncio ocurre tras la muerte de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, y del líder limonero Bernardo Bravo Manríquez, hechos que detonaron protestas y renovaron la exigencia de justicia en la entidad.
El plan contiene más de 100 acciones concretas, una inversión público-privada estimada en 57 000 millones de pesos para el periodo inmediato, y programas sociales adicionales por 37 000 millones de pesos en 2026, que buscan beneficiar a 1.5 millones de michoacanos.
Componentes clave del plan
La estrategia se estructura en tres ejes:
- Seguridad y Justicia: Despliegue de aproximadamente 10 500 militares y agentes federales, instalación de retenes de control en las fronteras estatales y “celo” territorial para impedir desplazamiento de grupos criminales.
- Desarrollo Económico: Inversión en infraestructura vial, telecomunicaciones y proyectos productivos para dinamizar la economía local y reducir la dependencia de actividades vulnerables a la influencia criminal.
- Educación, Cultura y Paz Comunitaria: Becas, construcción de escuelas, alianzas con comunidades indígenas y fomento de participación ciudadana como mecanismos para prevenir la violencia desde la raíz.
La mandataria indicó que informará avances “cada quince días” y que realizará seguimiento personal al plan.
Contexto y desafío inmediato
Michoacán, estado con una intensa presencia del crimen organizado y escenarios recurrentes de impunidad, vive un momento crítico tras los asesinatos recientes que han desencadenado protestas y ocupación simbólica de espacios públicos.
La población exige resultados concretos y rápidos. En respuesta, el gobierno federal busca combinar el uso de la fuerza con una estrategia integral de “justicia y desarrollo” que, según Sheinbaum, es la única vía para recuperar la paz. “La seguridad y la paz son frutos de la justicia”, afirmó.


