Después de seis horas de diálogo entre autoridades capitalinas y líderes del transporte público concesionado, se alcanzó un acuerdo para incrementar la tarifa en las unidades de ruta y corredor en la Ciudad de México. El aumento será de $1.50 pesos, lo que representa un alza cercana al 25 % respecto a la tarifa vigente.
En la reunión participaron los titulares de las secretarías de Gobierno, de Movilidad (Semovi) y de Administración y Finanzas. Los transportistas pactaron que la tarifa ajustada entrará en vigor una vez que se publique en la Gaceta Oficial de la CDMX. Además, el convenio incluye compromisos concretos para mejorar la calidad del servicio: revisión mecánica periódica de las unidades, exhibición visible de tarifas, uso de uniforme por parte de los choferes, y desglose de obligaciones como portar licencia vigente, retiro de vidrios polarizados y contar con seguro de responsabilidad civil actualizado.
El acuerdo excluye al sistema Metrobús, el cual no forma parte del incremento. Según fuentes del debate digital, las nuevas tarifas quedarían configuradas de la siguiente manera: microbuses y vagonetas cobrarán $7.50 pesos por los primeros 5 km; de 5 a 12 km, $8.00; y recorrer más de 12 km costará $9.00. Para los autobuses, la tarifa será de $8.50 pesos hasta los 12 km y $9.50 para trayectos mayores.
La tarifa del transporte público concesionado no había sido ajustada desde 2013. El sector transportista señaló que los costos de operación; combustible, mantenimiento, refacciones y seguros, habían escalado significativamente. La autoridad capitalina enfatizó que el aumento está condicionado al cumplimiento de mejoras operativas como parte de la “homologación del servicio”.
Los transportistas, por su parte, desistieron de un bloqueo programado tras el acuerdo alcanzado. El gremio se comprometió a mostrar evidencias visibles de la nueva tarifa en las unidades, bases y terminales de servicio. En caso de incumplimiento de los compromisos, la tarifa no podrá aplicarse.
Repercusiones y retos
Para los usuarios, el alza supone una inversión adicional en su presupuesto cotidiano de movilidad. Aunque algunos aceptan la necesidad del ajuste ante la mejora del servicio, otros muestran reservas dada la experiencia pasada. La Secretaría de Movilidad del Distrito anunció que supervisará el cumplimiento de los compromisos asumidos por los concesionarios.
Un reto clave será lograr que el aumento se traduzca en mejoras reales en la seguridad, limpieza, uniformidad y condiciones de viaje permitiendo así que el ajuste sea justificado ante la ciudadanía. La vigilancia ciudadana y la transparencia en la implementación serán cruciales para que el acuerdo sea efectivo más allá del anuncio.
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