El presidente Donald Trump reavivó la tensión comercial global al plasmar en su red social la intención de imponer aranceles del 100 % a las películas producidas fuera de Estados Unidos, además de aplicar nuevos gravámenes sustanciales sobre muebles importados. La propuesta ha generado incertidumbre legal, preocupación en la industria cultural y alarma entre consumidores y cadenas de suministro.
Trump publicó que su administración instruirá al Departamento de Comercio para implementar ese arancel cinematográfico, argumentando que la industria del cine estadounidense ha sido “robada” por producciones extranjeras. Al mismo tiempo, sugirió imponer tasas de hasta 25 % en muebles de cocina, gabinetes y muebles tapizados, e incluso aludió a gravámenes más elevados en ciertos casos.
En su propuesta, Trump tampoco especificó el mecanismo legal que permitirá aplicar impuestos sobre bienes culturales o materiales informativos, categorías que tradicionalmente no están sujetas a aranceles.
Reacciones y desafíos jurídicos
Expertos señalan que imponer un arancel del 100 % a películas podría colisionar con las leyes estadounidenses que protegen la libre expresión y los derechos de autor.
Por otro lado, el gravamen sobre muebles ha inquietado a fabricantes y cadenas comerciales, especialmente en países con exportaciones muebleras hacia EE. UU.
Además, la propuesta carece de claridad en cuanto a plazos y aplicación práctica, lo que complica su viabilidad inmediata.
Impacto esperado
- Los consumidores finales podrían absorber el costo adicional que generen estos aranceles, encareciendo el acceso a películas importadas y muebles internacionales.
- Productores y estudios cinematográficos internacionales verían afectada su penetración comercial en el mercado estadounidense.
- Las industrias muebleras, especialmente en Asia y América Latina, podrían enfrentar barreras arancelarias abruptas que alteren cadenas de producción y exportación.
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