Jorge «Chatón» Enríquez, exfutbolista mexicano y medallista olímpico en Londres 2012, ha compartido públicamente que tuvo tres intentos de suicidio y una profunda lucha contra el alcoholismo y las drogas, esto tras un retiro prematuro del fútbol profesional a los 32 años.
En una entrevista para el podcast El RePortero, conducido por el exguardameta Yosgart Gutiérrez, Enríquez reveló cómo el éxito deportivo no fue suficiente para llenar los vacíos emocionales que lo acompañaban desde joven.
“Me refugié en el alcohol, en las mujeres, en todo lo mundano que envuelve al fútbol. Caí en las redes más oscuras del deporte”
¿Cómo fue su carrera?
Chatón Enríquez fue parte del equipo mexicano que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, un logro que lo colocó en la élite del fútbol nacional. Militó en clubes como Chivas, León, Santos, Puebla, y tuvo experiencias internacionales en España y Chipre. Sin embargo, su carrera nunca alcanzó el potencial que se esperaba de él, ya que según él, seguía siendo un niño frustrado, con miedo, con ansiedad, y no sabía cómo manejarlo.
Esta falta de preparación emocional lo llevó a enfrentar depresiones severas que lo dejaron sin ganas de vivir, ya que Enríquez intentó quitarse la vida en tres ocasiones.
“Entré en depresiones que me llevaron casi a la muerte, estaba sin ganas de vivir y con tres intentos de suicidio. Sufrí de alcoholismo y entré al mundo de las drogas, creí que no la iba a librar”.
Para salir adelante, pasó por tres procesos de rehabilitación. Hoy, con 34 años, ha logrado mantenerse limpio por más de 360 días.
“Es de los logros más importantes que he tenido en mi vida, no sólo como persona. No comparo ningún logro deportivo o laboral con esto que estoy viviendo. He recuperado lo más bonito que es mi salud, estabilidad emocional, mi familia y mis hijos. Vivo mejor que nunca”.
El «Chatón» también denunció la falta de apoyo psicológico en el fútbol profesional, señalando que el sistema deportivo está diseñado para formar atletas, pero no personas emocionalmente sanas.


