Elena Poniatowska revela su faceta pictórica en “Historia de una amistad”

Elena Poniatowska revela su faceta pictórica en “Historia de una amistad”

A sus 93 años, la escritora y periodista Elena Poniatowska sorprende al público con una nueva dimensión creativa: la pintura. Su obra se presenta por primera vez en la exposición “Historia de una amistad”, montada en el Centro Libanés de la Ciudad de México, donde comparte espacio con su compañero de pincel y amigo, el artista plástico Diego Lamas.

La muestra reúne 74 obras al óleo, de las cuales 27 son de Poniatowska. Estas piezas, cargadas de memoria, emoción y calidez, reflejan escenas familiares, retratos de sus seres queridos —como su madre, su hermana bailarina y su hermano nadador— y momentos que marcan su vida personal. Para la autora de La noche de Tlatelolco, la pintura es un “remedio contra la soledad”, una actividad que le aporta paz y una sensación de “luminosidad y descanso”.

Desde hace años, Poniatowska toma clases de pintura en el comedor de su casa, donde ha encontrado en esta práctica una forma de expresión íntima y reconfortante. “Es un pasatiempo bonito que además te hace mucho bien”, comentó en entrevista. Bajo la instrucción del maestro Enrique López Pacheco, quien también curó la exposición, la autora ha explorado el arte sin pretensiones, como un gesto lúdico y profundo a la vez.

Por su parte, Diego Lamas, con una trayectoria más consolidada en la pintura, presenta 47 obras que reinterpretan con un toque contemporáneo estilos renacentistas y barrocos. La colaboración entre ambos artistas ha sido descrita como un diálogo visual lleno de afecto, recuerdos compartidos y complicidad artística.

La exposición, abierta al público hasta el 22 de julio, no solo da cuenta del talento pictórico de Elena Poniatowska, sino que también ofrece un testimonio de vida sobre la amistad, la vejez activa, la memoria y el arte como espacio de resistencia y sensibilidad.

“Historia de una amistad” se presenta en el Centro Libanés (Hermes 67, colonia Crédito Constructor, CDMX), y ha sido celebrada por su frescura, calidez y la emotiva conexión entre sus autores. Una oportunidad única para descubrir otra faceta de una de las voces más importantes de la literatura mexicana contemporánea.