Científica de la BUAP obtiene patente clave en lucha contra el cáncer

Científica de la BUAP obtiene patente clave en lucha contra el cáncer

Gracias al trabajo colaborativo y de investigación, este año la doctora María Guadalupe Hernández Linares, del Centro de Química del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), recibió la patente de un compuesto desarrollado a partir del barbasco ─una planta endémica de México─, que permite reducir la proliferación de células malignas en cáncer de mama y cervicouterino.

Su trabajo cobra interés por el impacto de estos padecimientos. En 2023 poco más de 8 mil mujeres murieron por cáncer de mama, el cual representa casi 30 por ciento de las neoplasias malignas en féminas en nuestro país, de acuerdo con datos del INEGI. En tanto, el cáncer cérvico uterino ocupa la segunda causa de muerte en la población femenina y se estima que anualmente se diagnostican alrededor de 13 mil 960 casos, de acuerdo con la Secretaría de Salud.

La investigadora indicó que el barbasco o Dioscorea composita es una planta que se encuentra de forma silvestre, rica en esteroides. Se ubica sobre todo en el sureste del país, en los estados de Oaxaca, Veracruz y la zona norte de Puebla. Aunque han intentado cultivarla en otros países, no es fácil, pues requiere de condiciones climáticas de suelo y ambiente específicas; sin embargo, México es rico en esta especie.

“Esta planta contiene saponinas, compuestos que tienen una parte esteroidal que se conoce como aglicona y carbohidratos unidos a ese esteroide. Lo que hacemos es extraer la saponina y quitarle los carbohidratos, para quedarnos con la aglicona, que se conoce como sapogenina, y en ella se encuentra presente en mayor cantidad la diosgenina, a partir de la cual se elabora el compuesto azaesteroidal por el cual se obtuvo la patente”, explicó.

La aportación de la investigadora y su equipo se enfoca al cuarto esteroide, un compuesto activo que provoca actividad antiproliferativa en células tumorales de cáncer cérvico uterino, pero también de mama, en especial del tipo triple negativo, uno de los que tienen peor pronóstico al no responder a los tratamientos, sobre todo, a los hormonales.

“En nuestras investigaciones y resultados obtuvimos con este compuesto, a dosis muy pequeñas, una actividad antiproliferativa importante. En el caso del cáncer de mama se reduce casi en 90 por ciento; y en el cérvico uterino la proliferación baja 15 por ciento, aproximadamente”.

Lo que hicieron fue obtener, a partir de la dioscina, una ruta de síntesis que los llevó a cuatro reacciones para obtener un compuesto que se purificó y entregó a la doctora Maura Cárdenas García, del Laboratorio de Fisiología Celular de la Facultad de Medicina de la BUAP, para que realizara, junto con investigadores, las evaluaciones biológicas; es decir, probar el compuesto en cultivos celulares in vitro. Los resultados fueron favorables, lo que dio pie a la publicación de un artículo científico.

Haciendo historia

La doctora Hernández Linares recordó que a principios de los años 40 se buscaron distintas fuentes de compuestos esteroidales en el país, un trabajo que inició el investigador estadounidense Russell Earl Marker, quien quería obtener corticosteroides y emplearlos en medicamentos. Fue así como se descubrió el barbasco, el cual contenía dioscina, de donde se extrae la diosgenina, que transformó en progesterona.

Desde entonces, México tuvo un repunte internacional en la química de los esteroides; incluso Russell Earl Marker, junto con colegas del Instituto de Química de la UNAM, crearon la empresa Syntex, dedicada a producir compuestos esteroidales y a exportarlos al mundo, lo que dio paso a la aparición de la píldora anticonceptiva, gracias al doctor Luis Ernesto Miramontes, quien sintetizó compuestos que tenían esa actividad.

**Boletín BUAP


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