El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró este martes un nuevo centro de detención migratoria en Florida, apodado “Alcatraz de los caimanes”, por su ubicación en los pantanos de los Everglades y la supuesta presencia de reptiles como elementos “disuasorios”. Durante su recorrido, el mandatario republicano ironizó con que se enseñará a los migrantes detenidos cómo huir de los caimanes, en caso de que intenten escapar. “No corras en línea recta, corre en zigzag”, dijo, haciendo gestos con las manos.
El centro, construido sobre un antiguo aeropuerto en Ochopee, fue diseñado para albergar a mil personas en condiciones de detención acelerada: los migrantes serán juzgados por jueces migratorios en un lapso de uno o dos días y deportados de inmediato, según explicó el gobernador de Florida, Ron DeSantis. La instalación podría expandirse hasta cinco mil detenidos.
Organizaciones de derechos humanos y ambientalistas han expresado su preocupación por la ubicación del centro —en una zona natural protegida— y por el uso de fauna salvaje como elemento de contención. El fiscal general de Florida, James Uthmeier, aseguró que los intentos de fuga no prosperarán: “si la gente sale, no les espera gran cosa, aparte de caimanes y pitones”.
El proyecto forma parte de la llamada “Ley grande y hermosa”, un megapresupuesto aprobado por el Senado que contempla financiamiento para nuevos centros de detención y deportaciones masivas. En paralelo, Trump ha enviado migrantes a una megacárcel en El Salvador y a la base de Guantánamo, mientras estudia si eliminará las deportaciones para trabajadores de sectores como la agricultura y la construcción.
Reacciones internacionales: “Migrar no es un crimen”
Tras la transmisión de la inauguración del centro de detención, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció en contra de tratar a los migrantes como delincuentes. “No estamos de acuerdo en catalogar a un migrante como criminal”, señaló durante su conferencia matutina. “Eso viola derechos humanos y afectará a la economía de Estados Unidos”.
Sheinbaum afirmó que el gobierno mexicano brindará apoyo a sus connacionales, sin importar cuánto tiempo lleven en territorio estadounidense. “Vamos a defender a las mexicanas y los mexicanos allá, tengan un mes, un año o veinte años viviendo allá”, reiteró.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó al centro como un “campo de concentración”. Desde su cuenta en X, el mandatario escribió: “Muchos de los migrantes detenidos son colombianos. El migrante es un trabajador, y el trabajo es fuente de riqueza”. Criticó que con estas acciones “se está encarcelando la riqueza” y advirtió que “lo que viene es la pobreza”.
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