Una reproducción de un cayuco, utilizado para rescatar una estela maya, forma parte central de la exposición Estelas del Usumacinta, que se presenta en el Museo Amparo de Puebla. Esta muestra multidisciplinaria, fruto de una investigación desarrollada por la antropóloga Sandra Rozental, el artista e investigador Emilio Chapela y el artista visual Eduardo Abaroa, invita a reflexionar sobre la memoria, el saqueo patrimonial y el valor ecológico de una de las cuencas más importantes del país.
El río Usumacinta es considerado el último gran río vivo de México. Su caudal atraviesa montañas, selvas y ciudades desde Guatemala hasta el Golfo de México. A lo largo de su trayecto, fue testigo del esplendor de la civilización maya, cuyos vestigios aún se encuentran en las estelas y monumentos erigidos a sus orillas. La exposición recupera esa historia a partir de piezas arqueológicas, documentos, imágenes, objetos reproducidos y narrativas visuales.
Uno de los ejes de la muestra es el rescate de la Estela 11 de Yaxchilán, una pieza arqueológica monumental que en los años 60 no pudo ser trasladada por vía aérea a la Ciudad de México para la inauguración del Museo Nacional de Antropología. La estela fue abandonada a orillas del río, y posteriormente rescatada gracias a la intervención de la etnógrafa Gertrude Duby, quien documentó el proceso en cartas, bocetos y fotografías. La exposición reproduce la embarcación que Duby diseñó para su traslado, basándose en sus propios planos.
El concepto de “estela” es ampliado en esta exposición para incluir las huellas efímeras del río: desde la espuma que deja una lancha hasta las marcas de explotación que han transformado su cuenca. A lo largo de los siglos, el Usumacinta ha sido afectado por la tala, la extracción de chicle, el saqueo arqueológico, los monocultivos, la ganadería y, en años recientes, por megaproyectos como el Tren Maya.
También se exhibe un bajorrelieve del acervo del Museo Amparo que representa a un soberano y un cautivo, pieza que dialoga con la narrativa de saqueo y restitución que articula toda la exposición.
Estelas del Usumacinta permanecerá abierta al público hasta el 4 de enero de 2026.
El último río vivo de México inspira exposición en el Museo Amparo


