La tensión entre Israel e Irán alcanzó su punto más crítico este fin de semana, luego de que ambos países se lanzaran ataques directos, marcando el inicio de un conflicto bélico sin precedentes entre estas dos potencias regionales.
La comunidad internacional encendió las alertas ante el riesgo de que el enfrentamiento escale a nivel regional.
Durante la madrugada del viernes, Israel inició una operación militar denominada “León Creciente”, en la que su Fuerza Aérea bombardeó más de un centenar de objetivos estratégicos dentro del territorio iraní.
Entre ellos se incluyen instalaciones nucleares, fábricas de misiles y centros de mando del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Entre las bajas confirmadas por medios iraníes se encuentran altos mandos militares, como Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y el general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor. Las cifras preliminares indican al menos 78 personas muertas y más de 300 heridas en Irán.
Horas más tarde, Irán respondió con el lanzamiento de más de 100 drones y una oleada de misiles balísticos dirigidos principalmente hacia Tel Aviv y Jerusalén.
Aunque gran parte de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa “Domo de Hierro”, algunos lograron impactar zonas residenciales, dejando un saldo de al menos cinco civiles muertos y decenas de heridos en Israel.
El líder supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, acusó a Israel de haber iniciado el conflicto y declaró que su país responderá con una “guerra total”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que no cesarán los ataques mientras Irán represente una amenaza para su seguridad nacional.
Ambos países cerraron su espacio aéreo, al igual que naciones vecinas como Jordania e Irak. Estados Unidos confirmó su apoyo a Israel mediante el despliegue de defensas adicionales y barcos militares en el Mediterráneo oriental.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una sesión de emergencia y diversos gobiernos, incluidos Francia, Reino Unido y Alemania, han hecho llamados urgentes a la desescalada, advirtiendo sobre los efectos económicos y humanitarios que puede generar una guerra prolongada en Medio Oriente.
El conflicto se mantiene en desarrollo y las consecuencias podrían extenderse más allá de la región. Mientras tanto, miles de ciudadanos en ambas naciones han comenzado a buscar refugio, y el temor de una guerra regional crece con cada hora.
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