Angelo Becciu, el cardenal destituido por el Papa Francisco por fraude, exige participar en el cónclave

La Sala de Prensa del Vaticano ha informado que serán 135 los cardenales que participarán en el cónclave para la elección del nuevo Papa. Sin embargo, el arzobispo Angelo Becciu ha presentado una objeción en la que exige ser considerado para participar en el proceso, argumentando que se trata de un derecho legítimo. Por esta razón, ha tomado parte en las reuniones de congregaciones generales, los encuentros preliminares de cara a la selección papal.

Becciu fue destituido en 2020 por el Papa Francisco de su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y perdió sus derechos como cardenal. La razón fue su implicación en la compra de un edificio de lujo en el centro de Londres, operación que representó un costo de 139 millones de euros para las cuentas del Vaticano.

Dicha operación destapó que al menos nueve personas vinculadas al Vaticano manejaban con negligencia las finanzas de la Santa Sede. Estos problemas financieros se consideran, en parte, responsables de la renuncia del papa Benedicto XVI. Además, salieron a la luz otros delitos financieros, como la transferencia de 125,000 euros a una asociación vinculada a la Cáritas Sarda de Ozieri, presidida por el hermano de Becciu.

En 2023, el cardenal fue juzgado por un tribunal del Vaticano y condenado a cinco años y medio de prisión, además de ser inhabilitado de forma “perpetua” para ejercer cargos en la Santa Sede, convirtiéndose así en el prelado de más alto rango en ser juzgado por ese tribunal. No obstante, en las últimas semanas, su defensa ha argumentado que el tribunal actuó con parcialidad, por lo que rechaza la validez de la sentencia.

A pesar de su situación judicial, Becciu insiste en que su exclusión del cónclave no le fue comunicada de manera formal, sino únicamente a través de una nota de la Sala de Prensa. Según declaraciones suyas, durante el último consistorio, el Papa Francisco habría reconocido que sus prerrogativas cardenalicias se mantenían intactas, por lo que sostiene que tiene derecho a participar en el cónclave.

Por su parte, las estadísticas oficiales del Vaticano lo señalan como un cardenal no elector, lo que implica que, ya sea por haber superado la edad canónica o por otra razón formal, no puede ingresar a la Capilla Sixtina durante la elección del nuevo Papa.