Este 2 de abril, el exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, fue trasladado nuevamente al Centro Federal de Readaptación Social No. 1 “El Altiplano”, en el Estado de México, luego de que un juez modificara su medida cautelar de prisión domiciliaria y ordenara su retorno al penal de máxima seguridad.
La decisión judicial se tomó ante el riesgo de fuga de Marín Torres, quien enfrenta un proceso por el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho. Marín fue notificado en su domicilio sobre el traslado, el cual se llevó a cabo bajo un fuerte operativo de seguridad, según información de fuentes periodísticas.
A través de un video en redes sociales, Lydia Cacho informó que ganó una apelación para que Marín regresara a prisión, destacando que 2 de los 3 jueces que resolvieron el caso, lo calificaron como “una persona que debe estar en un penal de máxima seguridad”. Además, denunció que el empresario Kamel Nacif Borges, señalado como cómplice en el caso, ha estado moviendo sus nexos políticos y negociando para evitar que el llamado ‘gober precioso’ sea juzgado.
«Sus vínculos con partidos tanto de Morena como de otros partidos siguen estando vigentes (…) hemos ganado y vamos a seguir dando la batalla 20 años después», afirmó la periodista, en referencia a los intereses políticos que aún rodean el caso.
Un proceso marcado por la impunidad
Marín fue detenido en 2021 en Acapulco, Guerrero, tras años prófugo, acusado de orquestar la detención y tortura de la periodista en 2005, luego de que esta publicara el libro Los demonios del Edén, donde denunciaba una red de explotación infantil en la que estarían involucrados empresarios y políticos.
El caso sigue en proceso judicial y la resolución del juez conlleva que Marín permanezca bajo estricta vigilancia en un penal de máxima seguridad.


