El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará una orden ejecutiva durante el Liberation Day para imponer aranceles recíprocos a las importaciones de todo el mundo, así como a los automóviles.
Una de las opciones contempladas por la Casa Blanca es un arancel fijo del 20 por ciento sobre todas las importaciones, medida que podría generar más de 6 billones de dólares en ingresos para el gobierno estadounidense. Sin embargo, algunos países podrían evitar estas tarifas mediante acuerdos comerciales con Estados Unidos.
«El presidente cuenta con un brillante equipo de asesores que llevan décadas estudiando estas cuestiones, y estamos enfocados en restaurar la edad de oro de Estados Unidos y en convertir a este país en una superpotencia manufacturera».
Trump recibirá reportes de sus asesores en los Departamentos de Comercio y del Tesoro, así como de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos. Estos informes analizarán los déficits comerciales, las prácticas desleales de otros países, las lagunas en acuerdos comerciales vigentes y ofrecerán recomendaciones para lograr la reciprocidad en las relaciones comerciales.
Aún no se ha definido el mecanismo exacto para la imposición de los aranceles, lo que ha generado incertidumbre entre los socios comerciales de Estados Unidos. La Unión Europea ya anunció que responderá a los aranceles impuestos sobre el acero y el aluminio, aunque todavía no ha delineado un plan de acción respecto a las nuevas medidas.
«Europa tiene muchas cartas en la mano».
«Desde el comercio hasta la tecnología, pasando por el tamaño de nuestro mercado».
El objetivo de la Unión Europea es asegurar una ventaja competitiva, dado que el bloque compra más servicios a Estados Unidos de los que exporta. Este factor convierte a su mercado y al acceso a sus consumidores en una herramienta clave dentro de las negociaciones comerciales.
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